Quería hacer un pequeño viaje. Sin maletas. Y... partí. Hacia el lugar donde ya había estado, sin estar del todo. Lo recordaba lejano, como aquel planeta perdido en un universo desconocido. Lo había tocado, pero no abrazado; lo había percibido, pero no gozado. Y llegué. El lugar era el mismo. Lo miré con los ojos de hoy, más pausados que los de ayer, más abiertos que los de antes. Y lo vi.